El primer reto

Estamos celebrando nuestro 4º aniversario y como cada año, rememoramos los retos de la última temporada y algunos de años anteriores también. Pero hoy aprovecho esta entrada del blog para recordar nuestro primer reto, el 6×6 de Octubre de 2017.

Fue el reto que abrió la lata. Un Tabata poco complejo, con seis ejercicios simples y el objetivo era ir progresando semana a semana y acabar realizando seis series seguidas. (Pulsa aquí para ver vídeo completo)

Grabé un video mítico con la explicación de cada ejercicio y en qué consistía el reto y lo colgué en dos grupos que abrí con un montón de amigos y conocidos a los que les podía interesar, uno en Whatsapp y otro en Facebook, y comenzó a ocurrir la magia…

Poco a poco se fueron involucrando cada vez más personas que hacían su reto particular en cualquier sitio y mandaban un post (foto o video) para dar fe de ello. El ambiente se fue contagiando y el grupo se fue sintiendo unido por un hilo conductor: la actividad física y una semilla plantada para crear un cambio en su estilo de vida.

Al mismo tiempo, fui compartiendo mis propios posts a través de Instagram y eso fue creando también más expectación y atrayendo gente. Uno de ellos fue mi querido Emilio Villodres que el 25 de Octubre de 2017 se unió a mi sesión de reto en el parque de Huelin y ese día se comprometió a venir cada día a entrenar y se convirtió en mi primer seguidor oficial. 

Hasta ese día, solía hacer convocatorias para hacer entrenos grupales, pero no venía nadie, si venía alguien no repetía o en muchos casos me desplacé para entrenar con otros compis en diversos lugares, como a Teba con mi querida Ana Moronta y su grupo de gimnasia de mantenimiento. 

Cuando llegó el final de mes convoqué un entreno grupal en la Plaza de La Marina el 28 de Octubre para hacer el final de reto juntos y asistieron un total de 12 personas, entre ellas Clara Seguí, una de mis fieles durante todo el mes con su reto personal y María López, que vino de la mano de Ana ese día; ambas se convirtieron en pilares básicos en los inicios del Fit Club El Tranvía que a partir de ese día comenzó a crecer y evolucionar hasta lo que es hoy. 

Agradecido de por vida a todos los que estuvieron presentes ese día y a los que me apoyaron desde casa todo el mes con su trabajo del reto. Muchos no están, algunos siguen intermitentemente o de alguna manera, pero todos son parte de la historia de este proyecto.

Y sobre todo, mención especial a dos de mis apoyos incondicionales que no se perdieron la cita ese día y hoy siguen involucrados en todo lo posible. Por un lado, mi compañera de equipo, Noelia Jiménez y su pareja Fran, parte culpable de que me “echara a la calle” a entrenar, y por otro, mis padres, Paco Pozo y Lola Rodríguez que siempre están ahí, creyendo y confiando en mi y en todo este movimiento y que hoy día no se pierden ningún entreno.

Sólo me queda decir ¡GRACIAS y vamos a por el quinto!